#ElPerúQueQueremos

"Cartas de Chimbote"

Homenaje a José María Arguedas

Publicado: 2019-11-20

No ha muerto.

No está muerto.

José María Arguedas vive y habla en la ceremonia que nos ha convocado esta noche.

Nosotros, sus hijos, los hijos de este caos que hemos heredado por siglos, nos reunimos frente a la mesa en la que los frutos de esta tierra acompañan el retrato del ausente.

Ausente de quien hemos venido a oír el relato de su larga lucha con ese destino que nos espera a todos, pero que en él, lo envolvía desde pequeño en una lucha sensual y tormentosa que acabó un día cuando, exhausto de luchar con todas los recuerdos de una infancia traumática y apenado por la marcada hostilidad con la que un grupo de intelectuales capitalinos criticó su obra “Todas las Sangres” considerándola como “no aprovechable sociológicamente”. José María Arguedas pronunció un “He vivido en vano” Esa frase sería la sentencia con la que, entre risas, (minuto 53' 23") se le oyó decir en aquella mesa redonda.

Años después firmaría, con trágica determinación, esa frase disparándose en la sien.

“Cartas de Chimbote” son las últimas palabras de José María Arguedas, en la voz de los Yuyachkani. En esta puesta en escena, asistimos al evangelio de la propia carne de Arguedas que manifiesta de a través de las palabras que oiremos durante la obra.

Cada palabra sobre su lucha contra la muerte, una lucha entre ella y la vida que se manifestaba en esa fuerza creadora, poderosa; pero que solamente conseguía desgastarlo.

Este desigual combate en el que los aliados de la muerte, se escondían dentro de la carne del mismo Arguedas, y está descrito en las hojas de las cartas que le enviase a su psicoanalista Lola Hoffman y a su amigo John Murra, los aliados de su vida, quienes lo acompañaron a través de ellas en esa desigual lucha entre sus "demonios internos y externos, en la encarnizada batalla que rugía sobre sus hombros.

Esta obra, es una recreación del holocausto de un solo hombre, es la recreación de una batalla que el mundo de aquel entonces se negaba a ver y el que el mundo de hoy, casi desconoce.

ruta arguedas

El caos, el ruido, terminó por aliarse con la triste historia que Arguedas llevaba sobre su pasado y terminó por exorcizar demonios en un final trágico para la gente que lo amaba, pero ante las fuerzas contra las que luchaba, razonó como única solución en esos desesperados instantes.

Un hombre solo en lucha desigual contra una oscuridad monstruosa; pero que reconocía como necesaria de comprender para poder sentar las bases de un país que incluyera a la mayoría de sus hijos que, aún hasta hoy, están apartados de la “historia oficial”… pero nunca de la historia viva y el mundo real, ese que sucede lejos de los escritorios y de las teorías académicas “de moda”

Durante la obra, a modo de ceremonia, atestiguaremos el sufrimiento de este hombre y de esta nación también. Se nos descubrirán los episodios de su dolor y una desbordante ternura a través de la música que disfrutó tanto.

Acepta pues, Perú, el corazón contrito y el espíritu humilde de este hijo tuyo; que éste fue su sacrificio y cuya única búsqueda era ser un hijo útil a su patria.

Una patria a la que gozó como un demonio feliz y esperaba verla libre de las cadenas del egoísmo para gozar dentro de ella todas las patrias posibles.

Hemos de asistir a una misa distinta. Sí, digo misa porque asistimos al testimonio de su evangelio: el Perú. Y terminaremos comulgando con el cuerpo de esta tierra que atestigua la resurrección de uno de sus mejores hijos, que renace en los millones de personas que ahora son los dueños de la ciudad.

Quizás estos no posean, aún, la rabia lúcida que esperaba que encontraran algún día, pero que se apoderaron del terreno que les fue negado y que aún viven construyendo su propia historia en este caos en el que aún vivimos.

Yuyachkani repone esta obra para que podamos asistir y comprender algo de un escritor que sólo contempló al país en su desorden y sus desigualdades. Curiosamente, ese caos que menciona, hace que las preguntas que Aguedas formulara décadas atrás estén vigentes aún y lo mantienen vivo entre nosotros.

Como anotación personal, debo recomendarles estar en las primeras filas, para obtener el máximo detalle de toda la experiencia.

Muchos de los elementos en escena están asociados a la muerte, pero aquí sucede algo insólito: la muerte, aquí, no es como la entiende occidente, en esta obra, Arguedas recibe una extrema unción que, paradójicamente , lo une a la vida eterna.

Parafraseando las frases finales de “La agonía de Rasu Ñiti”: “No ha muerto. ¡Ajajayllas! No ha muerto. ¡Él mismo está ahí! ¡Bailando!... Viviendo en los cantos de su pueblo, en sus colores, en la palabra de su pueblo.

En el pecho de cada uno de sus hijos, arrojados a este caos cotidiano.

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Cuatro únicas funciones  

Del 29 de noviembre al 2 de diciembre / 8.00 pm

Casa de Yuyachkani (Calle Tacna 363, Magdalena del Mar)

Informes , reservas y venta anticipada en entradas@yuyachkani.org

El pensamiento, la vida y obra de Arguedas ha sido un eje en la vida del Grupo y ha inspirado diferentes obras del repertorio de Yuyachkani, sin embargo consideramos que esta era una deuda con Arguedas. La presente es un homenaje a su vida y a su creación.

Basada en la vida y obra del escritor peruano José María Arguedas, “Cartas de Chimbote”, desarrolla un trabajo sobre sus últimos años de vida y su obra póstuma “El Zorro de arriba y el zorro de abajo”. La crisis de creación del autor, la explotación desmesurada de la harina de pescado que nos convirtió en el primer país extractor en el mundo en los años sesentas, la lucha por vivir, permiten que Yuyachkani realice un paralelo con la realidad actual. Una obra en la que los actores se despojan de vestuarios, escenografía y otros elementos para hacer uso de las cartas, manuscritos y diarios del propio José María Arguedas y su relación con su sicoanalista chilena Lola Hoffmann, en un momento álgido de crisis, y la relación con su amigo el antropólogo John Murra, en sus continuos viajes a Chimbote, mientras escribía su novela póstuma.

La exploración entre actor, presencia y personaje nos permite transitar en los diferentes niveles de creación para aproximarnos a una realidad social peruana que se desarrolló en los sesenta y se repite hoy.

Estas cuatro únicas funciones se realizan con ocasión de conmemorar los cincuenta años de su partida.

En escena: Ana Correa, Augusto Casafranca, Débora Correa, Julián Vargas, Rebeca Ralli y Teresa Ralli.

Concepto y dirección: Miguel Rubio Zapata

Dirección asistente: Milagros Felipe Obando

Informes , reservas y venta anticipada en entradas@yuyachkani.org

III

Escrito por

Juan Carlos Rodriguez Manco

Ilustrador. Artista plástico.


Publicado en